VUELTA A CLASES PRESENCIALES: EXPERTA ENTREGÓ RECOMENDACIONES PARA UNA ENSEÑANZA EFECTIVA EN LA EDUCACIÓN HÍBRIDA

Algunas de las sugerencias serían poner el foco en lo que se espera que el estudiante aprenda y generar estrategias educativas diferenciadas para trabajar en línea y de manera presencial. Además, es importante tomarse el tiempo necesario para adaptarse paulatinamente a esta nueva metodología.

Con el retorno a las aulas, la enseñanza -aprendizaje adquiere una nueva metodología. Se trata de la educación híbrida, la cual combina lo presencial con los estudios en línea.

En este sentido, los estudiantes, profesores y el sistema escolar se enfrentan ante una nueva forma educativa, impuesta por la pandemia del Covid-19 y la normativa del país, ya que, si bien con la vuelta a clases la prioridad es la enseñanza presencial, estas se combinan con clases remotas cuando sea necesario.

En este marco, Nancy Lepe, coordinadora académica del Proyecto de Formación Inicial Docente (FID) de la Universidad Católica del Maule (UCM), comentó que es importarte tener paciencia con este nuevo proceso de enseñanza y darse el tiempo para aplicarlo paulatinamente.

“Lo primero que hay que tener presente es que este sistema es nuevo para todos, para el profesor, el estudiante, las familias que acompañan el proceso educativo y además es algo que se va a mantener en el tiempo, no sabemos por cuánto. En ese sentido es una realidad que debemos ir aprendiendo a manejar y tomarse el tiempo para adaptarse”, aseguró.

Al respecto la académica entregó algunas recomendaciones para los docentes, quiénes son los encargados de preparar las clases eficazmente para que los estudiantes logren los aprendizajes esperados.

“La principal recomendación sería poner el foco en lo que se espera que el estudiante aprenda. Ósea cual es lo central del aprendizaje que debe desarrollar el estudiante y en ese sentido generar algunas estrategias que sean más eficientes para trabajar en línea y otras con clases presenciales”, aseguró.

En este sentido, según explicó la también doctora en psicología, definir que se espera que el estudiante aprenda en la clase, baja la presión del profesor respecto a qué se debe hacer.  Luego, es el momento de definir las actividades a implementar según el formato presencial o en línea.

“1, 2 o 3 son las más apropiadas para desarrollar este aprendizaje, pero no definir tantas actividades porque eso en definitiva aumenta la cantidad de trabajo del profesor respecto del diseño de la actividad de enseñanza- aprendizaje y luego verificar si eso se cumplió”, aseguró.

Respecto al sistema híbrido Lepe, comentó que es un sistema al que se puede potenciar dependiendo cómo lo utilicemos.

“El sistema híbrido puede ser y es un buen sistema de enseñanza- aprendizaje. Lo que nos falta es efectivamente, aprender a usarlo de la mejor forma posible.  En ese sentido insistir en que la tecnología no nos aleja, físicamente sí, pero no emocionalmente, igual se puede compartir con los estudiantes, se les puede escuchar, preguntar. Lo que no tenemos es el contacto físico”, dijo.

Sobre esto último añadió que la enseñanza-aprendizaje también depende del nivel escolar, ya que los más pequeños requieren ese contacto más estrecho o físico.

“Dependiendo al nivel escolar en el que esté los desafíos son distintos. No es lo mismo enseñar a leer a un niño en primer año que enseñar química o matemática a un estudiante de enseñanza media, yo creo que las diferencias van por ahí”, puntualizó.

Salud mental

Un aspecto relevante que no se debe descuidar es la salud mental con el retorno a las aulas, ya que significa un nuevo cambio o ajuste de actividades diarias que las personas se estaban acostumbrando respecto a la educación o al trabajo desde la casa.

En este contexto, Barbara Letelier, psicóloga y asesora curricular del Proyecto FID de la UCM, explicó que es importante generar espacios durante las clases para compartir vivencias.

“Crear idealmente algunos espacios para que se puedan compartir las experiencias que en el fondo nos ayudan a entender que no solo a mí me sucedió algo o estuve en esta pandemia. Quizás me sentía agobiado en la casa o tuve a algún familiar cercano que ya no está, entonces el poder compartir esas vivencias, nos hace entender que otras personas pasaron una situación similar y de alguna forma eso también nos hace apoyarnos en las emociones sentidas. Sobre los espacios, tratar de hacerlo no solo con los estudiantes sino también con padres, apoderados y con personas del establecimiento o del sistema escolar”, enfatizó.

Al respecto la profesional agregó además que se pueden implementar estrategias de regulación emocional.

“Que se entienda que hay un espacio de confianza para transmitir lo que se quiera decir. Destacar las fortalezas de los estudiantes y que de alguna manera ellos puedan a partir de esas fortalezas ir manejando sus actividades o acciones que quieran desarrollar. Es importante también tratar de fomentar el autocuidado individualmente y grupal”, comentó.