Académica entregó recomendaciones para iniciar la lectura en estudiantes y motivarse con los textos

 -Algunas sugerencias son crear grupos en el aula para leer y tratar ciertos temas de interés social, llevar a cabo cafés literarios donde se pueda conversar sobre los libros revisados, entre otras estrategias.

Cada 23 de abril, se celebra mundialmente el Día del Libro, oportunidad que se le presenta a niños, jóvenes y adultos para reflexionar sobre la importancia de la lectura y sus beneficios.

Entre las ventajas se encuentra que el pasar tiempo leyendo, estimula la percepción, la concentración, además, el intercambio de información y conocimiento. También agudiza la astucia y retarda la aparición de los síntomas de demencia.

Por ello, entre otros beneficios como el aprendizaje y el entretenimiento que le ofrece al lector un buen libro, es fundamental identificar si las personas están leyendo y qué los podría motivar para leer más.

“Hay estudiantes que no poseen el hábito de la lectura, o simplemente no les gusta leer; y en caso de hacerlo, lo realizan de manera obligada, porque en muchos contextos forman parte del plan de evaluación de la cátedra que están cursando”, comentó Omaira Golcheidt, doctora en Ciencias de la Educación y asesora curricular del Proyecto de Formación Inicial Docente (FID) de la Universidad Católica del Maule (UCM).

En este sentido, la realidad que se puede percibir con algunos segmentos de la población también se presenta en los hogares y trabajo. Pero existen diversos tipos de libros que pueden ser de agrado para el lector y motivarlos a leer.  Hay de comics, novelas, poesías, informativos y de la temática que cada persona prefiera.

¡Comenzar la lectura!

Los docentes y las familias pueden contribuir en el acercamiento a la lectura. Algunas estrategias para la sala de clases consisten en el trabajo grupal y actividades recreativas.

“Hacer grupos de lecturas dentro del aula. Se puede dejar que los estudiantes escojan libros de acuerdo a sus intereses afines. También efectuar actividades tipo café literarios donde se pueda conversar sobre los libros revisados”, comentó la académica.

Otras de las sugerencias son “construir una comunidad de lectura en línea, realizar de manera colaborativa, producciones intelectuales tales como ensayos, donde los estudiantes plasmen los temas revisados en sus lecturas”, aseguró.

Otro aspecto fundamental es que se reconozca el avance de lectura de los estudiantes y compartir la emoción de algún libro revisado para transferir ese sentir a los jóvenes o adultos.